Primero, está el valle del Quilimarí, a 200 kilómetros al norte de Santiago, entre Pichidangui y Los Vilos. Y luego, al adentrarse en el valle, está Guangualí, un lugar sagrado rodeado de montañas, minas de poderoso cuarzo y minerales mágicos, bosques nativos, playas agrestes, cactus, casas de madera coloridas y un cielo celeste, despejado y lleno de estrellas que parecieran estar al alcance de la mano.
Allí construí Casa Guangualí para mí y mi familia hace muchos años. Pero poco a poco el lugar fue creciendo: empezaron a llegar los amigos de mis hijos, los amigos de mis amigos, t...